sábado, marzo 10, 2007

Instrucciones para curar un cabreo: sobre todo, váyase por las ramas

Hoy me he cabreado –que es como convertirse en cabra y constatar que te faltan sus poderes- y le he tenido que explicar, a Oliva, que hay gente que funciona a gritos y, sin embargo, ése no es su peor defecto: pretenden que los demás reaccionen también al toque de sus gemidos. Frente a eso, sólo un espejo, de pronto, que les devuelva su imagen y les narre lo ridículo de su actuación. Porque gritar cuando el interlocutor se encuentra a menos de cuatro metros es, sencillamente, ridículo. Para qué hablar de la buena o la mala educación, no es necesario. Sólo relajarse, compadecerlos y seguir sonriendo con el reflejo del sol en nuestro propio espejo. Eso y “Keledén 400”, medicamento cuyo principio activo no está afectado por la orden de precios de referencia, me lo ha dicho un farmacéutico que no grita porque se ha dado a la fitoterapia y a enviar presentaciones de Power Point con mensajes tranquilizadores.

A partir de este primer modelo, escogido aleatoriamente como la cabra –o en su defecto la oveja- escoge el bocado que decide no perder, he decidido ampliar la reflexión intentado dibujar un mapa de tipologías de personas que le pueda ayudar a ubicarse o simplemente a almacenar nuevos conocimientos –por más que la continúo observando tampoco he logrado ubicar dónde hace esto último-. Tras unos primeros intentos simplificadores, he visto que era tarea digna de doctorando así que, por el momento, sólo he apuntado algunos rasgos que podrían ayudar a la clasificación. En este caso, el criterio sería: actitudes para afrontar una vida.

- Personas que crean tres blogs sin escribir en ninguno por no tener todavía el nombre perfecto o dejémoslo en El nombre. Estos seres pospondrán sus actuaciones hasta sentirse realmente preparados para ejecutarlas sin ser uno del montón. Porque Ellos no son del montón, pero les cuesta arrancar.

- Individuos con tendencia a la elaboración de teorías que explican las actitudes propias y extrañas, cualquier paso que den calzará este zapato... Filósofos, psicólogos o charlatanes, dependiendo de la materia con la que traten y la rigurosidad con la que lo hacen. A menudo puede vérseles con trapos sobre la cabeza para que el resto de seres dubitativos puedan reconocerlos enseguida y rogarles una Respuesta. Siempre buscan y encuentran un porqué para sus actuaciones. Sobre la coherencia entre éstas y sus palabras, digamos que es una variable inestable. Pueden hacer cosas muy grandes o muy desastrosas. Por suerte o por desgracia, su grado de peligrosidad depende en gran medida de sus buenas intenciones.

- Los pragmáticos. Huelen las necesidades básicas a distancias que se escapan a la visión humana y olivar, y, en función de ellas actúan sin tiempo para albergar dudas -ni una noche-. En sus ejemplares más evolucionados, actúan también con eficacia en la resolución de las necesidades que siguen a las fisiológicas en la pirámide de Maslow. Les resulta difícil entender a los tricreadores de blogs pero tienen cierta tendencia a enamorarse de ellos.


- Humanos que sueñan -de hecho bailan sobre la punta de la pirámide-. Nadie les cree en un principio pero, poco a poco, consiguen aglutinar adeptos. A diferencia del segundo tipo descrito apelan más al sentimiento que a la razón, pero sus pálpitos tienen grandes dosis de verdad. Una de sus frases favoritas: Un sueño es la mitad de una realidad.

Oliva destesta a Los pragmáticos, especialmente en la hora del aperitivo. Todo el resto le parecen tipos entrañables. Me lo transmite con su mirada. Y una lagrimilla nostálgica me descubre que, en su mundo, las cosas no deben ser tan diferentes.

jueves, marzo 08, 2007

Eclipse que no se repetirá en 22 años

Salió a tomar la Luna y estaba eclipsada y, de pronto, los días empezaron a pasar más rápido:

- 3er día (lo que más le impactó): el mar que tanto le sonaba por lo de “Olivas Mediterraneo”. No es verano, pero acercarse a la playa de la ciudad en un día de invierno climáticamente cambiado, no deja de ser una experiencia. Lo que más le ha gustado ha sido la visión del reflejo del sol en la curva de agua que acariciaba la orilla de forma sistemática. Eso y que tantas personas vinieran a verlo también, con cuadernos, amores o pintas de turista. Lo que más le ha sorprendido: los juegos preliminares a la entrada a un agua congelada de tres amigos. Que si sí, que si no, que te mojo, que te meto en el agua, que huyo porque soy más rápido que tú. Que soy el primero en meterme, pues tonto el último. Yo me tapo la nariz y me sumerjo poco a poco. ¡Segundo! me tiro de golpe y vuelvo a salir proyectado en dos microsegundos. El tonto, o el último, ríe y grita.

- 4º día (lo que más le impactó): la lucha del hombre contra la cucaracha resistente de nevera con impacto contra zapatilla.

- 5º día (lo que más le impactó): Barcelona en bicicleta y un Congreso Europeo de Farmacia. Ha podido hacerse una primera idea de lo que es un periodista –se ha pasado la mayor parte del tiempo en la sala de prensa-, y también de lo que es un político –aunque ya le he advertido que sobre estos especimenes hay mucho que aprender y, sobre todo, mucho de lo que prevenirse-. Por lo que respecta a los farmacéuticos, se ha codeado con ellos entre bolsas de muestras a reventar: de Vichy, Roche, Nestlé y hasta Juanola, que ha sacado nuevos sabores y lo anunciaba con una estupenda bolsa de playa de aire retro que los ha convertido en los triunfadores de la feria.

Sin embargo, esto no es lo que más ha impactado a Oliva hoy. Cuando hemos subido al metro, dirección a una cita con M. y J. –cuyas identidades mantendré en el anonimato-, he cogido el paquete de Juanolas que se perdía en la inmensidad de la bolsa, lo he abierto y, sobre mi palma, han caído 3 ó 4. Eran las pastillas de toda la vida y su color: exactamente el mismo que el de una oliva negra. La visión me ha parecido espeluznante, pero a ella más y, por respeto, he acabado por no comérmelas. No sé hasta cuándo será sostenible esta relación. ¿Hay muchos más alimentos negros en una dieta equilibrada?

miércoles, marzo 07, 2007

Segundo día:

todavía estamos empezando a conocernos y no sé si acabo de interpretar bien sus miradas pero diría que lo que más le ha impactado hoy es el concepto de la lucha del hombre contra la cucaracha de nevera con sustancias químicas en spray.

martes, marzo 06, 2007

Diario de una oliva negra

Era una oliva negra sin hueso y aún así, decidí no comérmela de un bocado. Estaba rodeada de olivas verdes, sin hueso, pero con anchoa. Ella, en cambio, ni siquiera tenía relleno. Se me apareció como un marco al vacío de su agujero, y mirando a través de él fue cuando descubrí que es precisamente allí donde tienen sus ojos las olivas. Eso explicaría, sin duda, el carácter introvertido de muchas de ellas. Desde entonces, desde que decidí no comérmela, me acompaña por todo el mundo, es decir, mi mundo, que es poco comparado con “todo el mundo” pero mucho si lo pones al lado de una lata de aceitunas.

La he observado largamente pero, a pesar de ello, no he conseguido descifrar más secretos sobre su anatomía. Así que, carente, por el momento para mí, de boca y manos, me he comprometido a escribir yo mismo su diario. Una mirada ha bastado para arrancarme esta promesa.

Por hoy haré sólo un inventario de algunas de las cosas más importantes que ha visto hasta ahora –tal vez más adelante pase a la primera persona-:

- 1er día: la luz a la entrada del túnel gástrico al que no ha tenido que acceder.