jueves, junio 26, 2008

A propósito de por qué nos relaja el chucuchú del tren

- Me acabo de dar un chute de verano…

- ¿Has ido a la playa?

- No, me he columpiado al sol mirando cómo se acercaba y alejaba un árbol.

- Ah…

- ¿Tú cuánto hace que no te columpias?

- Uiiii, yo intento columpiarme un rato cada día.

Mííírameee a los ooojoooos: ¿cuánto hace que no te columpias?¡Colúmpiate!

Con esta pregunta se pone en marcha la campaña "¡Colúmpiate!", una iniciativa con la que los farmacéuticos, los agentes de salud más cercanos al ciudadano, quieren potenciar el vaivén, una práctica que se ha mostrado excelentemente saludable según todos los estudios publicados al respecto. De hecho, eso explicaría que nos tranquilicen las mecedoras -siempre que no crujan- y la observación del mar, en cuyo caso son las olas las que vienen y van, vuelven a ir y vuelven a venir. Un momento, ¿tal vez lo que nos cura es regodearnos en el absurdo, arrebatarle la hegemonía a la lógica?

(pensemos)

O... ¿será simplemente que actuar como seres simples por un rato nos hace felices por otro (rato)?

(dejemos de pensar)

Live simply, my friend, que las chanclas no aprietan