domingo, marzo 28, 2010

El dardo en el yeso

El dardo en el yeso,
el vacío en la diana,
intentos fallidos de un acierto
dejan su rastro en la pared
como agujeros que en otro tiempo uniríamos
para sacar a flote
lo que en realidad son:
el dibujo de un barco,
o de un cometa,
o de un igual en bicleta.

Pulso inseguro,
mandíbula tensa,
ojos entornados
con la esperanza de ver
el trazado certero.

Lanza de nuevo.
Falla de nuevo.
Cae la pared,
que no soporta un hueco más.
Cierra los ojos.


¡Ábrelos!
¡Ábrelos!
Ya puedes andar.

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