jueves, diciembre 06, 2007

Lasaña de letras

Título: Dunada, pequeño hoyuelo situado en la parte frontal de la base del cuello, justo entre las clavículas, sin ninguna utilidad fisiológica o funcional conocida, pero que puede resultar sumamente interesante, hasta el punto de que se han reportado numerosos casos de ejemplares con altas capacidades hipnóticas *

Mirando su dunada
podía creer en la fuerza de las espadas láser
en la inocencia de los coroneles,
en la bondad de las brujas malas.

Podía creer en los milagros,
en los hoyuelos como reencarnaciones,
en la vida en los paraísos,
en los soles como dioses.

Su dunada le hizo calzarse patines,
colgarse unas alas, coger carrerilla
y usar el canal que formaba su espalda
para despegar.

Ya desde el cielo,
observando a lo lejos, pudo aprender
que, a más de 1.000 metros de mirada,
no funcionaba
el poder oscuro de los hoyuelos
a la altura del cuello.
Maldita dunada y contraindicaciones.
Maldita, la bruja mala.

*Dunada es una palabra inventada (como todas) y con un significado también inventado (no por mí sino por un compañero de escrituras que se llamaba Javier, tenía un acento muy raro y participó en un corto), así que si queréis empezar a usarla, pensad en él cuando lo hagáis, y será una de esas pocas palabras inventadas de las que se recuerda el autor.

Yo inventé esta otra:
Pacún: ruido que hacen los Pacos al caer.

¿Alguien da más?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Impresionante...

Me quedo con dunada, me ha encantado,... a mí también me hipnotizan ;)

Felicidades a usted por la descipción y al etimólogo por la invención!