domingo, noviembre 25, 2007

Se santigua - A nuestras abuelas

Atraviesa el portal
Y se santigua.
La ciudad nunca
le pareció fácil.

Mira a los lados
y camina.
Sabe adónde va,
también su hija.

La vino siguiendo
desde la azotea en la que separaba
las habas
de las vainas.

Pero en los veranos vuelve.

Y sus nietos se quejan
de lo que pican los brazos al coger
las judías que ella seca
con unos lagrimales,
que se hicieron esponja
por no convertir en gris
el negro de su ropa.

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