(Basado en conversaciones reales)
Él: 49, ¿cómo va la mañana?
49: …
Él: Hombre, irá mejor que ayer, que hay más faena…
Otro: A ver, que a nadie se le ocurra coger el carril de conos de vuelta del aeropuerto. Los están retirando y el coche de la guardia civil va en contra dirección…
Él: Alegre esa cara 16, que va seria!
16, en el carril de al lado: Buenos días
Él: Bon dia, mujer, buen día. Hoy hay más faenilla…
16: Ayer se ve que fue peor, ¿no?
Él: ¡Bua, de qué no me peleo con mi mujer… y he pillado una galipandria!
A ver si dejo a esta chica y me voy para el aeropuerto.
El de más allá: Hola, llamaba para pedir un taxi.
Ella, con voz gris: Muy bien, ahora mismo se lo mando
Ella, con voz robotizada: Hay un servicio en Plumasa, ¿alguien quiere contestar?
Ellos, desde sus jaulas forradas de tela:
Piu, piu;
piu-piu-piu;
pi…
La música: (¿alguien se sabe una sevillana? No pude coger la letra)
Desde la recepción: Hola, buenos días, un taxi al Ítaca
Ella, gris y robotizada: Sí, ahora mismo te lo envío
Él: Si es sosa la tía…
El de más allá, avergonzado: Hola, llamo de Plumasa, que he pedido un taxi y quería cancelarlo…
Dos conclusiones:
1. Nunca sabes dónde te espera el canto matinal de unos pajarillos (reales, a pesar de la duda inicial, descartada al repasar los múltiples artilugios de ornamentación candidatos a emisores del sonido, véase: los zuecos holandeses que cuelgan del retrovisor no pueden ser, …), incluso si el metro no funciona y el alquiler de bicis tampoco
2. Ten cuidado con lo que dices cuando llames a un taxi, te puede estar oyendo tu madre…
49: …
Él: Hombre, irá mejor que ayer, que hay más faena…
Otro: A ver, que a nadie se le ocurra coger el carril de conos de vuelta del aeropuerto. Los están retirando y el coche de la guardia civil va en contra dirección…
Él: Alegre esa cara 16, que va seria!
16, en el carril de al lado: Buenos días
Él: Bon dia, mujer, buen día. Hoy hay más faenilla…
16: Ayer se ve que fue peor, ¿no?
Él: ¡Bua, de qué no me peleo con mi mujer… y he pillado una galipandria!
A ver si dejo a esta chica y me voy para el aeropuerto.
El de más allá: Hola, llamaba para pedir un taxi.
Ella, con voz gris: Muy bien, ahora mismo se lo mando
Ella, con voz robotizada: Hay un servicio en Plumasa, ¿alguien quiere contestar?
Ellos, desde sus jaulas forradas de tela:
Piu, piu;
piu-piu-piu;
pi…
La música: (¿alguien se sabe una sevillana? No pude coger la letra)
Desde la recepción: Hola, buenos días, un taxi al Ítaca
Ella, gris y robotizada: Sí, ahora mismo te lo envío
Él: Si es sosa la tía…
El de más allá, avergonzado: Hola, llamo de Plumasa, que he pedido un taxi y quería cancelarlo…
Dos conclusiones:
1. Nunca sabes dónde te espera el canto matinal de unos pajarillos (reales, a pesar de la duda inicial, descartada al repasar los múltiples artilugios de ornamentación candidatos a emisores del sonido, véase: los zuecos holandeses que cuelgan del retrovisor no pueden ser, …), incluso si el metro no funciona y el alquiler de bicis tampoco
2. Ten cuidado con lo que dices cuando llames a un taxi, te puede estar oyendo tu madre…
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